Qigong: 10 motivos para practicarlo
Existen multitud de sistemas diferentes de qigong. A lo largo de la historia china se desarrollaron gran cantidad de ejercicios con distintas finalidades. La mayoría, de una forma u otra, mejoraban la salud y el bienestar del practicante. De hecho, junto con el desarrollo de la destreza marcial o aspectos religiosos, era una de las finalidades con los que fueron creados.
Algunos de los beneficios que nos pueden aportar la mayoría de los estilos existentes (aunque hay muchos más) son los siguientes;
1.-Suelta los músculos; uno de los primeros efectos de la práctica de qigong es el de alojar la musculatura, eliminar el exceso de tensión y favorecer un estado óptimo de relajación. Aunque todo esto se consigue en otros tejidos del cuerpo, los músculos son de los primeros en notarlo, y por lo tanto beneficiarse.
2.-Moviliza articulaciones; el trabajo y cuidado de las diferentes articulaciones del cuerpo humano suele ser uno de los principales objetivos de muchos sistemas de qigong. A nivel energético, se considera que se producen muchos estancamientos en ellas y por eso se les presta una especial atención en su entrenamiento.
3.- Mejora la postura; otro de los puntos esenciales en la mayoría de los ejercicios es el control postural. Una correcta alineación de los diferentes ejes del cuerpo es importantísima para que nuestro trabajo sea efectivo.
4.- Ralentiza la respiración; aunque existen muchos tipos de respiración y en ocasiones podemos ralentizarla o acelerarla, como norma general se trabaja una respiración más profunda, y por lo tanto más lenta que la que utilizamos en la vida diaria. Esto nos ayudará a respirar de forma más eficiente, con todos los beneficios que ello conlleva.
5.-Mejora la flexibilidad; El hecho de soltar la musculatura y lubricar las articulaciones ya nos ayuda a tener un cuerpo más flexible. Además, la mayoría de los sistemas de qigong trabajan diferentes ejercicios de estiramientos, realizados por lo general de forma lenta y coordinados con la respiración, contribuyendo de esta forma a aumentar nuestra flexibilidad general.
6.-Mejora la circulación; como cualquier ejercicio físico, sobre todo si es aeróbico, estimula nuestra circulación sanguínea. Pero además, el hecho de coordinarse con la respiración aumenta este efecto. Si añadimos que, como hemos visto anteriormente, con el qigong relajamos el cuerpo, la circulación será más fluida y efectiva.
7.-Equilibra emociones; Equilibrar nuestro cuerpo (una buena postura y eliminando tensiones), y regular nuestra respiración, nos ayudará a controlar nuestra mente y nuestros pensamientos, y desde ahí, equilibrar nuestras emociones.
8.-Mejora el equilibrio; La mayoría de los ejercicios suelen realizarse de forma lenta, controlando el movimiento en todo momento. Esto ya nos ayuda al trabajo del equilibrio, al tomar conciencia de nuestro cuerpo. Pero además, se suelen trabajar posiciones en las que nos ponemos de puntillas, nos sostenemos sobre una pierna, etc. que aumentan los beneficios en este aspecto.
9.-Mejora la memoria; existen muchísimas rutinas de qigong. Algunas son cortas, pero por lo general están compuestas de un número considerable de ejercicios, con lo cual recordarlos nos ayuda a trabajar la memoria. Por otra parte, el estar centrado en cada uno de los movimientos, prestando atención a todos los puntos importantes de su ejecución, también mejorará dicha cualidad.
10.-¡Es divertido!; como venimos diciendo, existen muchos sistemas diferentes de qigog, pudiendo llegar a ser muy diferentes unos de otros. Pero, como norma general, los que han llegado a nuestros días son ejercicios variados y agradables en su ejecución. Suelen enseñarse adaptándolos al nivel del practicante, y si además se practican en grupo suele resultar una experiencia amena y divertida.